Siempre he pensado, desde que empecé en el mundo de la publicidad que para conseguir el mayor éxito de algo, hay que hacer un estudio: primero hay que saber el estado actual de las cosas, lo que se puede mejorar y lo que es mejor para cada uno. De este estudio, laborioso y tan necesario salen las mejores conclusiones para saber como poder actuar con cada miembro de nuestro público objetivo.
En la educación el estudio previo que hay que hacer es aún más necesario, porque de nosotros depende el éxito o fracaso de nuestros alumnos. Es imposible transmitir y comunicar si no sabemos cómo es nuestro receptor, sus emociones, sus gustos, sus sentimientos, sus inquietudes, sus virtudes, sus logros, su fortaleza. Deberíamos de perder mucho más tiempo en hacer ese estudio de cada alumno y no tanto en evaluarle globalmente. Sus éxitos y evoluciones son solamente suyas, cada uno va haciendo su camino y nosotros somos los que deberíamos de ir a su lado, ni delante, ni detrás, subiendo y bajando escalones a la vez.
En el blog de tiching.com se le hace una entrevista a Jenifer Fox que me gustaría compartir con vosotros. «Cada estudiante tiene una fortaleza».